miércoles, 10 de septiembre de 2008

ESCUADRÓN 201

UNA MAÑANA CON EL ESCUADRÓN 201


Monumento en memoria del Escuadrón 201 que se construyó en Manila bajo el proyecto y dirección del Subtte. P.A. Capitán Miguel Moreno Arreola.

Es el aniversario de la Celebración de la Independencia de Filipinas, autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de Filipinas en México, miembros de la comunidad filipina y los ya pocos veteranos de guerra mexicanos pertenecientes al Escuadrón 201, se congregan en Paseo de la Reforma para depositar sus arreglos florales a los pies de la estatua del Dr. José Rizal.

José Rizal, máximo prócer de la nación asiática, aquél que con su muerte marcara el inicio de la Revolución Filipina poniendo fin a cuatro siglos de dominio Español en las islas cuando Filipinas proclamó su independencia el 12 de junio de 1898.

Como cada año, el Escuadrón 201 orgullosamente asiste a ésta y a todas las celebraciones y homenajes que el pueblo filipino invita -sin pasar por alto ninguna ocasión- a los veteranos de guerra, como una muestra de gratitud por el apoyo del gobierno mexicano durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el escuadrón se sumó a la batalla del pueblo filipino contra Japón.

Al acercarme a cada piloto aviador retirado de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (F.A.E.M.) puedo percibir en sus ojos ese brillo de glorias pasadas, de largos y emotivos discursos; portadores de ese orgullo especial que caracteriza a ciertos personajes distinguidos que, conocedores del suelo que pisan, con honor representan a su país cada vez que la ocasión lo exige.

Al contemplar detenidamente cada uno de los impecables uniformes repletos de vistosas condecoraciones, uno no puede evitar ser movido por la nostalgia y casi sin darse cuenta, transportado a aquel lamentable pasaje en el que México fue forzado a participar en una Guerra Mundial.


Texto en la Placa conmemorativa. Fecha SEP. DE 1945

Trato de imaginar aquella madrugada del 14 de mayo de 1941, cuando el Presidente Constitucional de México, General de División Manuel Avila Camacho fue súbitamente despertado para informarle que el barco tanque petrolero mexicano “Potrero del Llano” había sido torpedeado y hundido. En el ataque murieron 13 mexicanos de una tripulación de 35.

Aún esperando respuesta a un comunicado de prensa mexicano solicitando la atribución del lamentable acontecimiento, una semana después, el General Avila Camacho fue notificado del hundimiento del buque tanque petrolero mexicano “Faja de Oro” causando la muerte de 8 de sus 36 tripulantes.

Ante esta nueva agresión, el Presidente no tuvo otra opción que presentarse ante el Congreso de la Unión el 28 de mayo de 1941 a rendir un inolvidable informe que iniciaba:

“...durante años hemos tratado de permanecer ajenos a la violencia, pero la violencia ha venido a buscarnos...”

El Congreso aprobó la iniciativa del Presidente Avila Camacho, y México se declaró en Estado de Guerra el 30 de mayo de 1942.

Ahí es cuando estos ilustres personajes entrarían en escena, precisamente la mañana del 24 de julio de 1944 parte el Escuadrón de Combate 201 hacia bases de los Estados Unidos de América para su adiestramiento, particularmente conocer todo lo referente a pilotear el “Thunderbolt P-47”.

Cuentan que una vez en bases norteamericanas la Fuerza Area Expedicionaria Mexicana representada en los pilotos del “Escuadrón 201” aprobó el adiestramiento en mucho menos tiempo que sus compañeros estadounidenses. Aquellos muchachos mexicanos se encontraban listos para la cita en el Pacífico contra el poderoso Japón.


La hija del Cónsul Honorario de México en Filipinas, Sr. Alfredo Carmelo y de las Casas, da la bienvenida a miembros del Escuadrón 201 vestida de China Poblana. A su derecha el siempre sonriente Capitán Miguel Moreno Arreola.


Ya de lleno en la guerra, a decir de muchos, incluyendo el propio General Douglas Mc. Arthur las operaciones de reconocimiento y combate del Escuadrón 201 fueron por demás sobresalientes. Permitieron ubicar y sitiar al enemigo en común, Japón y así permitir el avance de tropas aliadas en la espesa jungla Filipina.

Lamentablemente, de los 298 elementos llamados cariñosamente “Aguiluchos Mexicanos” y que pisaron suelo filipino, hubo 5 que jamás regresaron y 2 que murieron en entrenamiento, cayendo todos en cumplimiento de su deber.

Tras los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 8 de agosto de 1945, Japón se rinde cerrando tan triste capitulo para la humanidad.

Habiendo cumplido el deber patriótico que les fue encomendado, el 23 de octubre el Escuadrón 201 emprende el regreso a México, llegando el 18 de noviembre de 1945. Una vez en México, nuestros compatriotas fueron objeto de diversos homenajes y reconocimientos, pero también de algunos desaires.


Solicitud del Capitán Moreno al Alcalde de Manila, Dr. Juan Nolasco para construir el monumento.

“... como no nos morimos, muchos de nuestros compatriotas militares, quienes habían sido súbitamente descartados para ir combatir -a pesar de estar perfectamente entrenados y listos para servir al país- nos hicieron menos, y hasta decían que nos fuimos a pasear, a lo que yo les respondía: amigos, ¡la guerra no es un día de campo” Comenta un veterano de guerra del Escuadrón 201.

Sobre esta antipatía, otro veterano da su versión de los hechos “... el problema surgió por un desatinado discurso. Resulta que hace muchos años en una exhibición militar de carácter oficial con la participación de todas las fuerzas armadas, un muy alto funcionario mexicano de la época se refirió a nosotros como la única razón de orgullo de todo el ejército mexicano, excluyendo así, como si nada, a todos los demás. Un error injustificable que hemos cargado hasta nuestros días...”


Permiso del Alcalde de Manila, Dr. Juan Nolasco para construir el monumento histórico en la Ciudad de Manila. 1945.

Aunque también confusa, la historia del Escuadrón y de como obtuvo su nombre la colonia, se remonta allá a finales de los años cuarenta, cuando uno de los reconocimientos más anhelados era aquel entregado por el entonces Departamento del Distrito Federal y que consistía en otorgar predios a mexicanos sobresalientes. Primeramente, las autoridades se acercaron a los veteranos de guerra para comunicarles su deseo de llamar a una colonia Escuadrón 201 y de entregarles una propiedad a cada piloto en donde se dispusiera construir la colonia.

Ante la posibilidad de obtener una propiedad, el Escuadrón 201 accedió inmediatamente. Se registró el nombre Escuadrón 201 para la colonia y se les “otorgó” un amplio terreno que comprendía el llamado bulevar Río Churubusco con límite en la Avenida Ermita y a unas cuadras de la Viga. La colonia se llamaría en lo sucesivo Escuadrón 201.


Obra concluída. Miembros del escuadrón frente al monumento en honor de los mexicanos que perdieron la vida. El Capitán Moreno segundo a la izquierda.

No bien habían iniciado los tramites para financiar la urbanización de la incipiente colonia, un grupo de paracaidistas comandados por su líder, “El Negro”, ocupo el predio. A tal abuso le siguieron una serie de disputas por la ocupación de la tierra que resultaron en hechos lamentables.

Ante este problema, el Escuadrón 201 acudió a las autoridades correspondientes y el entonces Jefe de Colonias del D.D.F. les señaló: “pues sáquenlos ustedes, ¿acaso no son militares? a lo que contestaron “Señor, el Ejercito nos dio armas para garantizar las instituciones del país, no para voltearlas en contra del pueblo de México...”

Sea lo que realmente sucedió, ya que existen al menos dos versiones oficiales de estos hechos, las propiedades jamás fueron entregadas a los veteranos de guerra. No obstante, la Colonia Escuadrón 201 ha conservado su nombre hasta nuestros días.

Otro legado histórico que permanece hasta nuestros días, es aquel monumento que estos mismos hombres construyeran, después de miles de peripecias, en Filipinas para honrar la memoria de sus hermanos caídos. La placa conmemorativa que levantaran en 1945 sigue en pie en Filipinas, más ahora acompañada por la Estatua de Miguel Hidalgo y Costilla, en la Ciudad de Intramuros en Manila.



Foto reciente del monumento y placa conmemorativa del Escuadrón 201 en Intramuros, Manila, Filipinas. A la derecha de la imágen aparece el actual Embajador de Filipinas en México, Francisco Ortigas III.


En México, sólo tras largos años de negociaciones, finalmente en 1980 se levantó un monumento en memoria del Escuadrón 201 y hasta hace un par de años se les incluyó en los libros de texto de primaria. El monumento en cuestión se encuentra precisamente en la Colonia Escuadrón 201. (Existe otro monumento dedicado al Escuadrón en Chapultepéc)

Al estar ahí divagando acerca de estas cuestiones históricas, se me acerca un curioso atraído por la multitud reunida frente a la estatua del héroe nacional filipino, y me pregunta:

Disculpe, ¿quién es el de la estatua?
-El Dr. José Rizal,
-Ah- ¿y porqué hay tanto japonesito o chinito... o de dónde son?
-De Filipinas, José Rizal es un héroe Filipino
¿Filipino?
-Sí
¿Y porqué tiene nombre mexicano?
-La mayoría de filipinos tienen nombres y apellidos como los nuestros, ya que al igual que México, Filipinas fue colonia Española
Fíjese... no sabía
¿Y los militares?
-Son del Escuadrón 201
¿Cómo la colonia?

¿Y son mexicanos?
-Sí. Todos.
Dirá que soy inculto... pero ¿Qué hicieron? ¿Contra quién pelearon?
¡no me diga que contra Filipinas¡

Escrito por Carlos Villasana Suverza